Al fondo un tic tac de reloj sonaba, al otro lado un viejo ventilador esparcía los humores de la habitación. En mi rostro escurrían lágrimas
que no podía contener más.
En mi mente las ideas cruzaban sin cesar...
4.45 de la mañana y el sueño se ha ido;
No quiere acompañarme; me abandona como los sueños que intentaba alcanzar, debí dejarlos ir...
¿Pero, ahora que más da?
¡Ya no estás!
~Arely Huber
2013 ©
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