Aquél adiós un estigma le dejó;
perdió su sonrisa y su paz. Un torbellino de ideas le abordaban.
Cada día luchaba por salir del bache en el que se hundía;
pretendió amar, se aferró a ese "amor" hasta no poder más;
cambió sus hábitos: dejó de beber, de fumar, de vomitar,
de dormir, de soñar y entonces:
Murió.
~Arely Huber
D.R.2016
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