Cansada llegaba mi madre de trabajar.
Yo era una adolescente pero notaba
la tristeza en su mirar;
Angustiada veía su rostro lleno de
ansiedad, el dinero no alcanzaba
y no había para mas...
Ese desventurado que prometió estar
con ella por la eternidad se
había fugado al no poder mas...
Le faltó valor, le huyó a la lealtad.
Mi madre lloraba por las noches
para que sus hijos no viéramos su pesar,
sufría en silencio toda esa necesidad,
y aún sin fuerzas se levantaba cada día
a seguir para luchar, tenía tres hijos
por los cuales seguir hasta el final...
se levantaba y decía:
¡Dios nunca nos abandonará...!
~Arely Huber
2013 ©
Ilustración Dusanka Petrovic
Gracias Arely por compartir algo que me llegó profundo. Gracias.
ResponderEliminarEs lindo saber que fue de tu agrado y que las letras llegaron, tocaron.
Eliminarun abrazo Jessica.
~Are