Pasando van los días de sombras, y con ello, los torrenciales de mi ser.
Los murmullos en mi cabeza parecen alejarse tras el tic tac del reloj descompuesto.
Las heridas causadas son ahora minúsculas grietas carcomidas...
Cayeron uno a uno los pedestales de mi vida;
y con ellos, las figuras ilusorias que sostenían.
Arrancadas fueron las vendas de mis ojos;
se desvanecieron como hojas del otoño.
Murió al fin la utopía de un falaz amor profesado.
~Arely Huber
D.R.2017