Creo que nunca había tenido a alguien tan cerca
que disfrutara todo lo que hacía.
Que me festejaba todo, la comida que preparaba, lo que le escribía (aunque a veces no lo sabía),
mis acciones, mi forma de hablar,
¡Vaya! hasta mi humor que le parecía de una adolescente
y que la hacía sonreír por mis ocurrencias.
Me hizo sentir tan bien, que sí, debo confesarlo:
le echo de menos.
-¿Me lees?
sí, es para ti este mensaje.
~Arely Huber
D.R.2016